Me llamo Demmi Christensen y este verano hago prácticas en Hillsdale Fabricators (la división de acero de Alberici). Soy estudiante de la Universidad de Missouri y estoy estudiando Ingeniería Civil y Administración de Empresas y Construcción.
Estas son mis primeras prácticas, lo que me ha puesto muy emocionada y nerviosa a la vez. Al empezar las prácticas, me entusiasmaba la idea de ver por fin aplicados fuera del libro de texto los conceptos e ideas que había aprendido en clase. Sin embargo, estaba muy nerviosa porque quería asegurarme de que cumplía las expectativas de Alberici. En cuanto entré en la orientación me sentí como en casa, me saludaron con una sonrisa y preguntas sinceras preguntándome cómo estaba mi mudanza, qué tal me iba hoy y si quería café, agua o algo de comer. Este simple acto hizo que mis nervios iniciales se calmaran, de modo que sólo sentí entusiasmo por aprender y confianza para hacer preguntas.
Una de las principales razones por las que quise trabajar para Alberici desde el principio es la iniciativa que toma la empresa cuando las cosas no van como estaba previsto en un principio. Mientras investigaba sobre Alberici, leí la historia de cómo los problemas de la empresa con un proveedor de acero llevaron a la decisión de fabricar ellos mismos el acero, lo que ahora se conoce como Hillsdale Fabricators. En los últimos veinte años, Hillsdale ha pasado al siguiente nivel y no sólo suministra a otras empresas de Alberici, sino también a otros contratistas generales.
La idea de estar siempre evolucionando y mejorando como empresa quedó cada vez más clara a lo largo de la orientación. Esto queda claro a través de la adquisición de Flintco y de su programa de seguridad, SafeRing, en el que planifican, comunican, observan y mejoran. El objetivo es buscar todos los aspectos de la empresa e intentar mejorarlos constantemente.
Los oradores que nos presentaron durante la orientación hicieron evidente que los empleados eran tratados como de la familia, los proyectos que se les daban los desafiaban y los mantenían alerta, parecía que era un lugar en el que sería divertido, desafiante y gratificante trabajar.
Entrar en el centro de fabricación y ver el tamaño del acero te deja boquiabierto. Resolviendo problemas en clase, solía pensar que eso es grande, pero para mí no era más que un número en una hoja de papel. Ver esa cifra en persona y ver cuántas piezas pequeñas se necesitan para fabricar un elemento concreto es algo completamente distinto. No dejaba de pensar en la frase "Sin las piezas pequeñas, la imagen más grande no funciona". Estoy entusiasmado por sumergirme y aprender todas las pequeñas piezas que contribuyen a Hillsdale Fabricators, y espero que al final de la pasantía entienda completamente cómo funciona el cuadro más grande.